Postales de un mundo que ya no existe

En un mundo donde todo es ya, donde el tiempo pasa volando,
siempre me llamaron la atención las cosas viejas.
Me pregunto qué significaron para quien las tuvo,
quiénes eran los de las fotos, cómo sería su vida.

Increíble pensar que antes los enamorados se enviaban cartas.
Cartas que duran para siempre.
Y hoy ni siquiera nos permitimos enviar un mensaje
por miedo a exponernos, a sentir,
a no ser validados.

Vivimos comparándonos,
hijos de una sociedad digitalizada y contaminada.
Ya casi nadie envía cartas, las fotos no se imprimen,
y una muestra de afecto se percibe como algo exagerado.

A veces me pregunto
qué pensarían los que vivieron en esos tiempos
si supieran la realidad en la que vivimos.

Siguiente
Siguiente

El desecho de sentir